Un consejo de 10

Para todos


10 pasos para perder el miedo a tatuar (y no cagarla en el intento)

Versión Jorge Sanz: sin filtros, sin humo, solo tinta y verdad.

Paso 1 – Quien domina la estructura, no tiembla con la aguja

Hay dos tipos de miedo al empezar a tatuar:

  1. Miedo de tipo 1: el de no tener ni idea de qué estás haciendo.

  2. Miedo de tipo 2: el de tener la teoría, pero que la mano te vibre como si llevaras 5 cafés.

¿La solución al miedo tipo 1?

Aprende. Fórmate. Estudia. Deja de ver vídeos de TikTok de otros tatuando y empieza tú a practicar.

¿Y al miedo tipo 2?

Repetición. Rutina. Estructura.

Empieza siempre igual. Calca el mismo proceso.

De la colocación de la stencil a los primeros trazos, conviértelo en un ritual.

Si sabes lo que viene después, tu mente deja de sabotearte.

Paso 2 – Mentalidad de maratón, no de carrera de 100 metros

No vas a dominar el tattoo en un finde. Ni en una semana.

Esto es como correr una maratón con botas Dr. Martens.

Vas a sudar. Vas a fallar.

Pero si vas paso a paso, llegarás.

Empieza con:

  • Piel sintética sin presión.

  • Luego líneas sencillas.

  • Luego sombras.

  • Luego lo que te dé la gana.

    Pero no quieras tatuar un realismo el día que te llega la primera máquina.

Paso 3 – Tatuar desde tus historias

¿Sabes cuál es el primer tatuaje que hice?

Uno que hoy no me dejaría ni en la suela del zapato.

Pero fue mío.

Y si hoy me tiembla menos el pulso es porque lo viví.

Habla de lo que sabes. Tatuajes con significado, con conexión.

Si tienes historia, hay seguridad. Y si hay seguridad, no hay miedo.

Paso 4 – Imagina el peor escenario

¿Lo peor que puede pasar?

Que te venga alguien con un diseño complicadísimo, que la piel esté más arrugada que un acordeón, que se vaya la luz, y tú ahí, sudando como si tatuaras en Mordor.

Bien. ¿Y qué?

Prepárate para eso.

¿No hay luz? Ten luz portátil.

¿Se borra el stencil? Llévate dos copias.

¿Se mueve el cliente? Díselo antes: “Si te mueves, te tatúo la ceja sin querer.”

Si anticipas lo peor, el día real será pan comido.

Paso 5 – Usa notas o una mini guía al principio

No te hagas el valiente.

Si estás empezando, ten tu esquema mental (o en papel).

El orden. Las agujas. La configuración.

Todo apuntado.

No pasa nada.

Como cuando ibas en bici con ruedines: al principio, sí. Luego, los quitas.

Pero al principio, más vale guía que cargarla en directo.

Paso 6 – Conoce a tu “cliente”

Tatúas mejor si sabes a quién le tatúas.

No es lo mismo tatuar a tu primo el punky que a una abogada que se ha escapado de la oficina para grabarse un minimalista.

Pregunta, escucha, conecta.

Cuanto más sepas, mejor diseñas.

Y cuanto más encajas el diseño al cliente, más seguridad tienes tú.

Paso 7 – Empieza fácil, coño

Nada de lanzarte a un retrato de tu abuela el primer día.

Haz un símbolo. Un texto. Algo simple.

Deja los tatuajes con 14 sombras y 3 fuentes para cuando tengas rodaje.

Los primeros 3 minutos con la máquina encendida son los que más sudas.

Hazlos fáciles y ganarás confianza.

Paso 8 – Improvisa (pero solo si sabes cómo)

Improvisar en tattoo no es inventarte el diseño en el momento.

Es saber adaptarte si la piel reacciona raro, si hay una vena en medio, si el cliente te pide un cambio de última hora.

Haz este ejercicio:

Piensa 3 temas random (una calavera, una frase y una flor).

Diseña algo en 5 minutos.

Practícalo.

Improvisar no es suerte. Es entrenamiento.

Paso 9 – Familiarízate con tu entorno

Antes de tatuar, haz una vuelta al estudio.

Prepara todo. Monta tu zona. Mira la iluminación.

Visualiza el proceso como si ya lo estuvieras haciendo.

Hazlo tuyo.

Tatúa en terreno conocido, no en modo “ay Dios mío dónde está el grip”.

Paso 10 – Respira antes de darle al pedal

Literal.

Respira.

4 segundos inhalas. 4 aguantas. 4 exhalas.

Hazlo 3 veces antes de empezar.

No es postureo zen.

Es ciencia. Baja pulsaciones. Aumenta precisión.

Y te conecta con el momento.

Y recuerda esto, artista:

La experiencia del cliente no empieza cuando apoyas la aguja.

Empieza cuando te escribe por Instagram.

Cuando le respondes.

Cuando le das confianza.

Cuando nota que tú sabes lo que haces.

Si haces esto bien, la técnica viene sola.

Pero si esto falla, puedes ser Da Vinci con máquina y aún así… no vivirás del tattoo.

¿Quieres aprender todo esto sin humo, sin filtros y con ejemplos reales?

Entonces apúntate a nuestro webinar gratuito de 3 días.

Tattoo, piercing y redes sociales. Lo que necesitas para empezar (o mejorar) de verdad.

Solo tienes que enviar la palabra “WEBINAR” al correo:

Porque yo no te lo digo.

Te lo enseño.