Si bebes no conduzcas

Pero si eres tatuador sí y además camina

¿Andar, conducir o ambas cosas? El arte de encontrar claridad (y líneas rectas).


Muy buenas, chicos, chicas y chiques.

Hacía tiempo que no utilizaba esta expresión TAN MÍA, pero aquí estoy de nuevo, reflexionando sobre cosas que pueden parecer simples, pero que, creedme, tienen un impacto tremendo tanto en la vida como en el tatuaje.

Ayer os hablé sobre la importancia de saber qué hacer, cómo y cuándo para ganar mucho tatuando. Y aunque todavía no puedo deciros exactamente cuánto facturo (alguno ya se hará una idea), quienes me seguís por aquí sabéis que soy transparente. Cuando no estoy medio muerto por la gripe o quitando barro de mi comunidad, intento compartirlo todo.

Hoy quiero hablaros de algo que parece más sencillo, pero que cambia vidas: caminar y conducir.

Andar: el mejor ejercicio para tu mente (y tu pulso).


Uno de mis grandes referentes en el mundo de la comunicación y el emprendimiento es Isra Bravo. Su influencia se nota en mi escritura, pero también en algo mucho más importante: su consejo sobre caminar.

Desde que adopté el hábito de salir a caminar 1 hora antes de trabajar, mi vida cambió.  
¿Por qué? Porque durante esas caminatas me vienen ideas, reflexiones y soluciones que luego aplico a mi trabajo. Pero esto no es solo para los que buscan inspiración.

Si estás empezando a tatuar y tienes problemas con las líneas rectas, caminar te ayudará muchísimo.  
¿Por qué? Porque:  
- Calma el pulso: Esa estabilidad que buscas con la aguja empieza aquí.  
- Relaja la mente: Si no estás nervioso, tus manos tampoco lo estarán.

Pruébalo. No te costará nada más que un par de zapatillas (y, si eres como yo, las nuevas se sienten como un regalo que te mereces).

Conducir: el espacio para soñar (y crear).


Ahora, hablemos de conducir. Viajar en coche me ha regalado más ideas y proyectos de los que puedo contar.

Por eso, cuando tengo que ir a Alemania u otras partes de Europa, prefiero hacerlo en coche y no en avión.  
¿Por qué? Porque para mí, esas horas al volante no son aburridas. Son un espacio de claridad y creatividad:  
- Recojo ideas y respuestas a preguntas que llevaba días (o semanas) haciéndome.  
- Disfruto el camino junto a mi mujer, mi mejor compañera de aventuras.  
- Vivo la conducción como una experiencia que conecta mi pasión por el tatuaje con mi vida personal.

Son horas de inspiración, de conexión, y también de preparación. Cada kilómetro recorrido es una lección que luego traigo aquí para vosotros.

El comienzo de nuevas aventuras


Después de 14 años con mi fiel Kia Sportage (que ya casi llega a los 300.000 km), está a punto de llegar mi nuevo juguete. Un coche que me llevará a más aventuras, más kilómetros de aprendizaje y más reflexiones que luego compartiré con vosotros.

Ah, y esas zapatillas nuevas que me he regalado hoy. Porque caminar y conducir tienen algo en común: ambos te llevan más lejos de lo que pensabas.

Conclusión:


Tanto si quieres calmar el pulso para tatuar como si necesitas claridad mental para dar el siguiente paso en tu carrera, sal a caminar o conduce. Son hábitos tan simples que a menudo los subestimamos, pero te aseguro que pueden transformar tu forma de pensar, trabajar y vivir.

Nos vemos en el próximo post. Mientras tanto, recuerda:  
**El momento perfecto no existe. El momento perfecto es ahora.**