Nos hacemos unas rallitas ?

O te tiembla el pulso ?

¿Nos marcamos unas rallitas?

¿Cuántas veces has visto en pelis de humor —o en la vida real, si te has movido por ciertos ambientes— ese momento en el que un farlopero novato va a hacerse su primera raya…

y en vez de aspirar… suspira?

Y ese “pollito blanco” sale volando por encima de sus colegas mientras todos lo miran con cara de:

“Tío, ¿pero tú de qué vas?”

Películas como Airbag, tremenda comedia española, lo retratan a la perfección.

¿Y sabes cuál es el problema?

Falta de técnica.

Sí, incluso para eso.

Y esto, aunque hablemos de cosas poco saludables…

también pasa en cosas de provecho.

Tatuadores con pasión, con hambre, con ganas…

que tienen todo para petarlo, pero no despegan.

¿Por qué?

Porque no tienen la técnica,

ni la estrategia,

ni la visibilidad que necesitan.

Imagina esto:

Llegas al estudio una mañana…

y descubres que te has quedado sin tinta.

No por error. No por falta de stock.

Simplemente: ya no puedes tatuar nunca más.

¿Respirarías aliviado?

¿O sentirías que te arrancan una parte de ti?

Si eres de los segundos, enhorabuena.

Has elegido bien.

Pero tener vocación no basta.

Porque esto no va solo de talento.

Va de estrategia.

Tus padres no entienden lo que haces. Y está bien.

Tu entorno puede no verlo claro.

Quizá piensan que es un hobby, una etapa, una tontería.

Pero tú sabes que no.

Que llevas tiempo formándote, practicando, sufriendo cada línea, celebrando cada avance.

El éxito en el tatuaje no llega por arte de magia.

Llega cuando no paras.

Cuando combinas técnica con visibilidad.

Cuando aprendes cómo atraer clientes y convertir tu estilo en un imán.

Y si los demás no lo entienden…

ya lo entenderán.

¿La solución?

No renunciar a tu pasión.

Sino encontrar a los que buscan lo que tú haces.

Y para eso necesitas moverte en redes, ganar visibilidad, posicionarte.

Aunque te dé pereza. Aunque te dé miedo. Aunque no sepas por dónde empezar.

¿Quieres que te ayudemos con eso?

Escríbeme a: [email protected]

O marca una rayita…

pero esta vez, de las buenas.