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¿Quieres saber por qué soy bueno enseñando a vivir del tattoo?
No porque naciera con talento.
Ni porque tenga padrinos.
Ni porque un día se alinearon los planetas.
Soy bueno porque no paré.
Porque cuando empecé a enseñar tattoo, muchos me decían:
“Eso no se puede enseñar online.”
“Eso solo se aprende en un estudio.”
“Vas a saturar el mercado.”
“¿Y si enseñas demasiado y te quitan los clientes?”
¿Y sabes qué hice?
Seguí.
Porque no me salió de los cojones parar.
(Y si en tu caso son cojonas, también sirve).
Cuando empecé, tenía más dudas que certezas.
Un estudio pequeño.
Facturas al cuello.
Y una hija en camino.
No tenía contactos.
No tenía dinero.
No tenía excusas.
Tenía una cosa:
Ganas de no rendirme.
Así que en vez de llorar, me puse a enseñar.
A tatuar.
A vender.
A aprender a vender.
Y a enseñar a otros cómo venderse sin parecer un vendemotos.
Hoy he formado a cientos de tatuadores que han pasado de:
tatuar por 30 € a cobrar lo que vale su arte,
esconderse en la sombra a llenar su agenda en redes,
tener miedo a tatuar piel real a tatuar con seguridad y criterio,
y sobre todo… de soñar con vivir del tattoo a hacerlo.
¿Y por qué te cuento esto?
Porque ahora tengo una formación online completa para que tú hagas lo mismo.
No te prometo ser el mejor tatuador del mundo.
Te prometo que si haces lo que enseño, vas a estar mucho mejor que hoy.
Y ahora viene la parte que más me gusta:
¿Te apuntas hoy? Mejor no.
Haz lo que te salga de los huevos o huevas u ovarios .
Pero si tienes sangre en las venas y tinta en las ideas,
te reto a hacer una cosa:
No compres. Solo mira.
Porque voy a enviarte un email, un vídeo, una historia o una publicación cada día.
Y voy a venderte esta formación tan bien,
que si me lees hasta el final de semana, vas a acabar dentro.
¿Mi apuesta?
250 personas entrarán solo esta semana.
¿Tú? No sé. Tú eres un hueso duro.
Pero si eres honesto contigo mismo, sabrás que…
seguir como estás, no es opción.
¿Aceptas el reto?
Solo tienes que enviarme la palabra “webinar” al correo:
Y sentarte a ver cómo lo hago.
Si al final entras, entenderás por qué he pasado de cobrar 1.000 € al mes descargando cajas…
A vivir de mi arte, formar a cientos y crear libertad con una aguja en la mano.
Esto crece.
¿Te subes o te quedas mirando?
No te lo digo, te lo enseño.