Hijo de puta ( con video )

Cabron

💀 El momento más jodido del emprendimiento no es cuando pierdes dinero.

Es cuando tiras la toalla.

Durante estos 13 años he vivido más de una situación que te quita el sueño.

Momentos de esos que te encogen el pecho, que te hacen sentir una tristeza silenciosa o una tensión que te parte por dentro.

Y ha habido muchos.

Demasiados.

Podría hablarte del cliente más hijo de puta que me he cruzado.

Uno que me llamó de malas maneras, discutimos, y me preguntó si quería seguir con el proyecto.

Yo ya estaba quemado, sabía que me iba a arrepentir…

Y aun así le dije que sí.

Porque “necesitaba” la pasta.

Podría hablarte de mis visitas al hospital en 2015 por arritmias y tensión por las nubes.

De lanzamientos fallidos que me dejaron tiritando.

De inversiones de tiempo, dinero y energía que no llegaron ni a la mitad de los objetivos.

De personas que he tenido que despedir…

No porque fueran malas, sino porque yo no supe ser buen jefe.

Sí, ese ha sido siempre mi punto débil: delegar.

Siempre he ido a mi bola, esperando que el equipo adivinara lo que tengo en la cabeza.

Y cuando eso no pasa (sorpresa), vuelvo a caer.

Y toca tomar decisiones duras.

Pero lo más jodido no es despedir.

Es ese momento previo, cuando te das cuenta de que no sabes qué más hacer.

De que ya no puedes justificar seguir.

Y te rindes.

Ese es el momento más doloroso.

No solo en los despidos.

También cuando decides cerrar una línea de negocio.

O dejar de vender un producto.

O abandonar una estrategia.

Porque aunque a veces esa renuncia sea lo más inteligente que puedes hacer…

Ese pensamiento de “ya no sé cómo resolver esto”

ese momento en el que certificas el fracaso

te marca.

Sí, con el tiempo se convierte en experiencia.

Pero en ese instante, te pesa como una piedra en el pecho.

Y por si nadie te lo ha dicho últimamente:

Si estás ahí, si te sientes en ese punto… no estás solo.

💡 Por eso decidí hace un tiempo crear estas formaciones.

Presenciales, online o en formato membresía.

Porque cada tipo de formación está pensada para un tipo de persona distinta.

No todos tienen tiempo ilimitado.

No todos pueden dedicar horas a algo nuevo mientras arrastran rutinas que los agotan.

No todos pueden permitirse una inversión media-alta en su crecimiento.

Pero seguro que todos tenéis algo en común:

👉 Queréis una mejor economía.

👉 Mejor salud mental y laboral.

👉 Ganas de volver a tener mariposas en el estómago cuando aprendes algo que te ilusiona.

Y si has sido capaz de leer hasta aquí…

Déjame decirte algo:

Ya estás más avanzado que el 90% de los que se pasan el día quejándose y no cambian nada.

Los mismos que mañana, cuando te vean con éxito, dirán:

“Mira ese hijo de puta, qué cochazo tiene.”

Pues sí.

Yo quiero ser uno de esos HIJOS DE PUTA.

Los que tienen cochazo, casa, salud, tiempo, pareja, estilo de vida…

Y sobre todo, libertad.

¿Tú también?

Pues escribe “HIJO DE PUTA” al correo:

Y hablamos.

No te lo digo. Te lo enseño.

A continuación un pequeño vídeo de cuando celebre mi aniversario de boda con mi mujer al estilo hijo de puta.