Fresas con nata

O gusanos

¿Fresas con nata o gusanos?

Este viernes tuve cena y reunión con amigos. Hacía tiempo que no coincidíamos todos, y encima uno de ellos —que vive en Seattle, EEUU— apareció por sorpresa.

La noche dio para mucho, pero entre risas, cervezas y recuerdos… salió el tema de mi newsletter y mi ebook.

Varios ya lo habían leído y me felicitaron. Pero uno, que además es mi primo y alguien a quien respeto muchísimo, me dijo algo que a otro podría haberle molestado. A mí, sin embargo, me subió la autoestima por las nubes:

“Tío, ¿por qué a un ebook tan chulo le has puesto un título tan búlgar? Lo que cuentas está muy bien, pero con ese título… yo no lo habría comprado.”

Y entonces lo vi claro.

¡BINGO!

Ese era el objetivo: que no pase desapercibido. Que guste o que moleste, pero que provoque. Porque si nadie habla de ti… no existes.

¿Lo ideal? Que hablen bien.

¿Lo mejor? Que hablen mal.

Porque lo bueno se comparte, pero lo polémico… vuela.

Y de ahí lo de: ¿Fresas con nata o gusanos?

Si este email se llamara “mi ebook”, seguramente no lo abrirías.

Pero… ¿fresas con nata o gusanos? te ha picado la curiosidad.

¿A quién no le gustan los gusanos? Blanditos, marroncitos, con aroma a tierra mojada… mmm… buenísimos.

Bueno, vale. Solo para unos pocos, o para los pájaros y los peces.

Mañana te explico por qué este enfoque te puede servir a ti también.

Mientras tanto, si quieres mi ebook gratuito…

Tienes dos opciones:

 1. Comer gusanos.

 2. O escribirme a: [email protected]

Tú decides.