- Perseverance Tattoo
- Posts
- Cosas que no hago
Cosas que no hago
Y por eso me va bien
Asunto:
Esto nadie me lo contó cuando empecé a tatuar
Hola de nuevo, artista:
Ayer te dejé en las manos mi ebook.
Hoy te dejo algo más importante: una parte de mi historia que muy poca gente conoce.
Cuando empecé a tatuar, me sentía más perdido que un eyeliner en una boda.
Tenía la motivación a tope, sí… pero también una mezcla entre miedo, vergüenza y un síndrome del impostor que me susurraba: “¿Y si la cagas?”
Spoiler: la cagué. Varias veces.
Pero de ahí salió la versión de Jorge que hoy te está escribiendo.
Me hice tatuador en una época donde no existía ni Instagram, ni cursos online, ni nadie que te dijera:
“Ey, colega… no hace falta que sufras como un mártir para aprender.”
Tenías que buscarte la vida. Ver vídeos mal grabados, suplicar por un hueco en un estudio, tatuar piel sintética hasta que pareciera jamón serrano… y luego tener los huevos (o los ovarios) de tatuar a alguien real sin temblar como un flan.
Y aun así, con todo eso encima, algo me decía:
“Sigue. Porque esto es lo tuyo.”
Hoy te quiero decir lo mismo:
Sigue.
Porque si tienes esa sensación dentro, si te late fuerte cuando ves una aguja vibrando o cuando haces un diseño y te lo imaginas en piel…
Estás en el sitio correcto.
Y si este mundillo no te lo pone fácil, yo sí lo haré.
Por eso abrí este canal. Para que no empieces a oscuras, como me tocó a mí.
Mañana te voy a hablar de algo que NUNCA te cuentan en las formaciones de tatuaje:
las verdades incómodas que separan a quien sobrevive del que se rinde.
Pero mientras tanto, si te ha gustado el ebook o esta historia te ha tocado alguna fibra…
responde a este correo. Cuéntame la tuya.
Y si aún no me sigues en redes, lo estás haciendo mal (con cariño):
Lista de cosas que no hago:
— Uso WhatsApp con un solo número. Lo tiene medio planeta.
— No leo los mensajes de LinkedIn. Literal.
— En Instagram contesto a 6 o 7 personas, y porque las conozco.
— Nunca he hecho un funnel. Ni sé muy bien qué es. Eso lo hacen otros por mí.
— La última vez que hice una propuesta formal no había cumplido los 30.
— No tengo PowerPoint. Ni lo quiero.
— Si me escribes un email, te contesto yo. Sin bots. Sin plantilla.
— No me reúno. Odio las reuniones.
— Si alguien me pregunta si debería comprarse algo, casi siempre le digo que no.
— No miro cuántos mails se abren, ni clics, ni visitas.
— Solo repaso lo que escribo una vez.
— No edito mis vídeos. Los grabo y los subo.
— No superviso al equipo. Confío en ellos y punto.
— Nunca he peloteado a un jefe.
— Cuando un cliente no me ha gustado, lo he mandado a paseo.
Y podría seguir.
Hay un millón de cosas que no hago…
Y que casi todo el mundo sí hace.
Tal vez tú también.
Y aún así, vendo más.
Y tatúo más.
Muchísimo más.
Y no, no es casualidad.
Es el motivo.
Este 25 de abril a las 17:00, en el directo mensual de la membresía, voy a enseñarte cómo hacer vídeos que vean mínimo 10.000 personas.
Sin estrategias rebuscadas.
Sin postureo barato.
Sin hacer lo que “todo el mundo dice que hay que hacer”.
Si prestas atención, entenderás por qué canales con el triple de seguidores no consiguen ni una cuarta parte del impacto.
Y si no lo entiendes, es que estás demasiado ocupado haciendo cosas que no sirven para nada.
¿Te quieres apuntar?
A partir de este viernes, mándame un email con la palabra “10k” a:
50 € al mes.
Un directo mensual, una lección aplicable, y cero gilipolleces.
Nos vemos dentro.
O nos vemos viendo cómo otros despegan mientras tú sigues dándole vueltas.